Juntos de verdad nos incluimos

Conocer a David Pavón es una experiencia que marca la vida. Nació el 24 de septiembre de 1990, es Practitioner en PNL, es parte de Fudrine desde niño, donde recibió sus terapias y quien partir, del 2012 se desempeña como Gerente de Talento Humano y Comunicación. Dicta charlas y/o conferencias de Motivación y Auto superación. «La mejor universidad es la vida; soy la primera promoción de esta”, siempre dice.

“Jugar y soñar” es su lema. Es un verdadero luchador y su fortaleza está basada en el amor, la perseverancia y los sueños. Él dedica cada una de sus luchas cotidianas a transformar las percepciones negativas que existen acerca de vivir con una discapacidad para poder re-pensarnos como seres humanos y valorar de formas distintas nuestras propias adversidades.

Sus ojos son la puerta de entrada y a través de ellos nos enseña el valor de las miradas y lo expresivas que éstas pueden ser. Gracias a él hemos aprendido que uno puede hablar sin necesidad de decir una sola palabra. David es una PERSONA con Parálisis Cerebral, que no tiene límites, que como dicen todos quienes lo conocen, es un cofre de sorpresas que cuando lo abres, te da vértigo solo de ver todo lo que hay dentro de este gran ser humano.

“FUDRINE ocupa un lugar importante en mi vida, es donde aprendí a no parar, a buscar cada día nuevos retos , a no dejar de soñar”.

A lo largo de su vida se ha enfrentado con un sinnúmero de retos y uno de ellos en especial, su formación académica. Se destacó como abanderada en la escuela “Mi pequeño gran mundo” y en el colegio Marista “Pío XII” en la ciudad de Santo Domingo, donde nació y vivió durante su niñez y adolescencia. Desde los 8 meses vino a Quito y recibió terapia en la Fundación Fudrine, donde actualmente apoya con su trabajo de forma voluntaria. Desde 2011, por tema de estudios universitarios, reside de forma permanente en la capital ecuatoriana. En 2012, ingresa a la UIDE a la Escuela de Diplomacia y Relaciones Internacionales donde obtiene varios reconocimientos a lo largo de su carrera, entre ellos, sobresale como becaria por méritos académicos y finaliza sus estudios en mayo de 2017, siendo merecedora del reconocimiento como Mejor Egresada de su Escuela. Ha trabajado en diferentes instituciones como el Ministerio de Cultura y Patrimonio, dentro de la Dirección de Relaciones Internacionales y Cooperación Cultural; en la Coordinadora Política de Mujeres Ecuatorianas; en la Oficina de la Representación Parlamentaria Nacional de la República del Ecuador al Parlamento Andino; y además, en la Oficina de Cooperación Internacional del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades. Se ha desempeñado como Investigadora académica durante su período universitario, lo cual le permitió representar a la UIDE en el 4to Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales – FLACSO España en la Universidad de Salamanca en julio de 2017.

“Hablar de mi vida es hablar de un Dios de bondad…” Nació hace casi treinta años, transcurrieron ocho meses y su madre se dio cuenta que su desarrollo no era normal y es ahí cuando empezó su historia. Una serie de médicos, exámenes y diagnósticos decían que no iba hablar, ni a caminar, que sería un vegetal porque tiene Parálisis Cerebral. Enterarse del diagnóstico fue un momento de dolor y angustia para su familia, pero a la vez tenían muchas ganas de revertirlo, tal vez no en papeles, pero sí por Estefi. Después de buscar ayuda, sus padres llegaron a Fudrine donde encontraron compromiso, amor y dedicación para cada uno de sus pequeños.

Para todos empezó el reto: a los 2 años gateó, a los tres años caminó, a los cuatro años empezó una vida “normal”. Entró a la escuela donde tuvo una infancia maravillosa, estuvo en el Conservatorio Nacional de Música y formó parte de algunos coros. Poco a poco se iban cumpliendo las expectativas familiares y los diagnósticos iban quedando en papeles. Si bien es cierto, la vida en el colegio no fue fácil, sin embargo, fue una etapa que le enseñó a ser fuerte. Culminó la universidad y es Licenciada en Ciencias de la Educación.

Creció soñando en formar una familia y está segura que Dios la ha recompensado en este sentido. A los 21 años se casó con un hombre bondadoso, a los 24 años tuvo en sus brazos a su primer hijo Miguel Estéfano, un niño muy inteligente que la ayuda, nunca la deja sola. En 2017, tuvo a su segundo hijo, su ángel Juan Esteban.

“Solo me queda decir, Dios le pague a la FAMILIA FUDRINE por ser un pilar fundamental en mi vida”.